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jueves, 4 de septiembre de 2008

Un día duro



Un día duro; no solo por las agujetas que me duran desde ayer. No es que yo eligiera precisamente ponerme a entrenar con un hombre que pesa cuarenta kilos más que yo, es que me tocó con él.

Bueno, las agujetas pasan. Lo que no se va tan deprisa son los traumas de otro tipo. Muy mal día, sí señor, y no sé si mañana podré decir que ha sido mejor.

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