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miércoles, 20 de marzo de 2013

Recuerdos de antaño

Éramos dos niñas de capital, conociendo el pueblo de nuestro padre, cada verano. Tu voz, casi de niña, pronunciaba palabras que aprendí a entender, con los años. Nos llevabas de la mano por el pueblo y nosotras descubríamos las tradiciones de tu tierra, que poco a poco se fue haciendo un poco nuestra, aunque éramos las de Madrid, correteando por las calles empedradas, de aceras minúsculas. No a todo el mundo le gustaba la gente de fuera, y eso era triste. Pero eso no nos quitó el cariño por el lugar en el que nació nuestro padre. Eras una abuela con claroscuros, como cualquier ser humano, pero te recuerdo cantando el himno de Valencia, en unas fiestas, hace muchos años. Y hoy, un día después de San José, me ha parecido verte, desde mi baja estatura de entonces, cantando, emocionada. Y te he echado de menos. 






Amalia N. Sánchez Valle, conocida como Noemí Valle

martes, 12 de marzo de 2013

Eterno movimiento (poema)
















Había nieve 
en aquel bosque, 
recorrido por arroyos, 
cubierto de crisálidas abiertas
de sueños que volaron 
hacia lugares remotos. 
El blanco manto lo cubre todo, 
borrando las huellas
del lobo que devora el tiempo; 
veo los copos caer, 
escucho un tic-tac, 
tic-tac, 
tic-tac... 
Mis cabellos se vuelven blancos
y las estrellas giran, 
sobre mí; 
los ríos fluyen 
y nada permanece inmóvil.
Eterno movimiento; 
mecanismos invisibles 
de una máquina que no se detiene, 
que atrapa a los humanos 
en sus engranajes... 
Misterioso, 
invisible a mis ojos, 
que no pueden ver.


Noemí Valle

lunes, 4 de marzo de 2013

Caminar (poema)




Las gotas de lluvia repiquetean,
llorando sobre los cristales;
asomada a la ventana
me pregunto dónde estarán
todos los sueños que animaron
las noches y los días
de mi mente...
El agua ha pasado rauda,
por el río del tiempo,
enseñándome,
con tropiezos,
que no todos los sueños
se hacen realidad.
No importa,
el caso es caminar...
protegerse del viento,
de las espinas de las rosas
y de la desazón,
luchar con espadas
contra el olvido y la culpa
y fabricar la red
sobre la que poder caer.
La lluvia sigue cayendo;
echo de menos algunos rostros del pasado,
que se fueron para siempre,
dejándome un mar de lágrimas
y las estatuas se bajaron del pedestal,
sin mirar atrás,
caminando hacia un ayer
que se esconde tras las montañas
de mi memoria infantil...
Un día seré una sombra
y reviviré en los recuerdos
de alguien,
en días de lluvia y viento,
en noches estrelladas,
en la música en una tarde tranquila,
para traerme de vuelta.
Y seré una sonrisa
desde una fotografía,
con mi impronta en la herencia
que un día dejaré...
Mientras,
soy quien no se cansa de soñar
con seres invisibles
en bosques bañados en luz blanca,
una noche de luna llena
o la creadora de historias
con vida propia;
soñar,
eso que me ha hecho concebir planes,
caminar por mi propia senda,
encararme con el tiempo...


Noemí Valle