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lunes, 30 de noviembre de 2009

Otro regalo para Fer

Mi pieza favorita de la banda sonora de Brainstorm, compuesta por James Horner.

Villa Lobos - Bachiana nº 5

Una hermosa voz acompañada por el chelo.

Dedicada a Fer. Hoy hace un año que nos conocimos...

domingo, 29 de noviembre de 2009

Johann Sebastian Bach - Double Violin Concerto in D minor 2nd movement, Largo

El violín es uno de los instrumentos musicales más bellos. Le dedico este post a mi amigo el violinista.


sábado, 28 de noviembre de 2009

Bonnie Tyler: Total Eclipse of the Heart

Esta es una de esas canciones que siempre me han encantado. Disfrutadla...

viernes, 27 de noviembre de 2009

Pero yo me quedo con My way de Frank Sinatra (relato)

Se abren las puertas del vagón y salen en estampida decenas de personas, dispuestas a esquivarse unas a otras, para llegar a una meta invisible, que después se convierte en unas escaleras mecánicas.

Ella sube el volumen de la música que escucha todas las mañanas y trata de evitar un codazo, un pisotón, un frenazo en seco del hombre que va delante de ella y de la mujer que lleva un paraguas en ristre, como si de una lanza se tratara.

El pasillo es largo y se cruza con gente que aparece de otra linea, que avanzan como salmones, a contracorriente con el viento que recorre la estación de cara, impregnado de olores desagradables.

Llegan a la escalera mecánica, y como cada mañana, ese hombre de voz cascada se empeña en asesinar una canción; esta vez My way. "Vaya horror", piensa ella, y sube el volumen de nuevo de su música, para no tener que escuchar cómo esa voz de mafioso destroza irremediablemente una canción genial. Le mira de soslayo y se pregunta por qué no se limita a cantar solo en la ducha.

La escalera va alejando al batallón de viajeros estresados de los sones malogrados de My way, y ella piensa que acaba de escuchar una versión muy parecida a la que interpretaría un estropajo, rasposa, sin sentimiento, y respira hondo cuando sale a la calle.  Y por la tarde, en ese mismo lugar se pondrá ese músico que ella llama "la alegría de la huerta", y que se empeña en hacer llorar a todos a mediodía con esas canciones  tristonas.


jueves, 26 de noviembre de 2009

David Bowie: China girl

A mí este hombre me parece un genio.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Baile de ninfas

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Suenan los caramillos y las manos se entrelazan para comenzar una danza. Las ninfas se convierten en la brisa que trasporta el aroma de las flores...

martes, 24 de noviembre de 2009

Richard Wagner: Tannhäuser

Una maravilla, el Coro de los Peregrinos.


lunes, 23 de noviembre de 2009

La ninfa (relato)

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Escondida en el lecho del río duerme una ninfa, diminuta como una flor silvestre; cuando se despierta, los rayos de sol iluminan sus largos cabellos y ella se despereza y abraza a la espuma del agua que corre, rumorosa. Sale de su escondite y roba un beso a los juncos, diciendo adiós con la mano a los peces, que siguen el curso del río. Se sienta sobre una roca y con una gota de rocío, se lava el rostro.

Jugueteando con las hebras largas de su pelo con sus dedos minúsculos entona una canción que atrae a las libélulas y a los mosquitos; su voz dulce llega a los pájaros que vuelan por allí cerca y que intentan competir con ella con sus trinos. La ninfa espera que llegue un bello humano al que acariciar las mejillas con el velo vaporoso de su vestido.

Ayer le vio acercarse al río y beber, regalando su reflejo a las aguas, que celosas lo guardaron para sí cuando él se fue. ¿Volvería a ese lugar? Si volviera, le robaría un beso de su labios y suspiraría por la mirada de él. Las campanillas que crecen en la orilla la avisan, y después los pájaros, y al final las libélulas, que vuelan en formación. Llega alguien; alguien se aproxima al río, un humano.

Todos se esconden, de él para poder observar en secreto. La brisa y los rayos de sol se disputan el derecho a jugar con sus cabellos claros, y entre tanto, la ninfa se pasa las manos por el vestido, alisa la tela hecha con telas de araña y gotas de rocío, agita su melena y suspira, contemplando cómo él hunde sus manos en el agua. Le ve refrescarse y antes de que su reflejo se escape del río, antes de que vuelva a irse, camina rauda sobre las hondas y la espuma y le roba un beso de sus labios, invisible. Él no puede verla, no puede ver su rubor, no puede saber que ella está sonriendo, pícara.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Nesperennub (relato)

Recupero un relato que escribí el año pasado, inspirado en un sacerdote egipcio que existió realmente, y cuya momia ha sido famosa porque se ha utilizado un sistema no invasivo para estudiarla. Espero que os guste.



“Nesperennub, despierta y contempla mi rostro, soy Anubis, el Señor de todas las Necrópolis, vengo a llevarte ante el Tribunal de Osiris, para que juzgue tus actos. Tu alma ya ha volado, como un pájaro y tu cuerpo será embalsamado, para que mores para siempre junto a los dioses, si eres digno de ello, si no, te espera la segunda muerte, devorado por la serpiente Ammit. Levanta, sígueme.”



El sacerdote descubrió que ya no le dolía la cabeza, por primera vez en varios días, desde que se la golpeó en una caída accidental. Lo último que recordaba era que tras el golpe se le nubló la vista; a su alrededor se escuchaban voces que le eran familiares, susurrantes. Los otros sacerdotes de Konshu, el dios de la luna, se arremolinaron a su alrededor y decidieron avisar a un médico. Después de escuchar eso, se desmayó.


Cuando volvió en sí, intentó moverse; alguien a quien no podía ver, le sujetaba por los hombros y le colocaba una tira de grueso cuero entre los dientes, después de hacerle beber algo que le atontó. ¿Qué le ocurría, por qué sentía esa terrible presión en el cráneo, y después cosquilleos en los miembros, movimientos involuntarios de los dedos y sus ideas se iban haciendo confusas? No recordaba de repente su nombre ni sabía donde estaba.


Después de la trepanación, al abrir los ojos distinguió algunas luces y un rostro borroso junto a él; esa persona le daba de beber y le arreglaba el vendaje. Intentó hablar, pero no fue capaz de ordenar las palabras en su mente. El dolor seguía allí, agudo, embotando sus sentidos; dormía a ratos, pero no encontraba el descanso. Los otros sacerdotes susurraban palabras que no podía entender. Intentó recordar los nombres de sus padres, su vida, y no lo consiguió. Lloró y gimió, provocando que unas manos suaves le acariciaran el rostro. Él no quería eso, sino dejar de sufrir de una vez.


De pronto ya no podía respirar; el pecho le dolió, como si unas garras se le clavaran en el corazón y se convulsionó. Perdió completamente el control de sí mismo, aunque le sujetaron. A su alrededor todo fue confusión, hasta que todo acabó.


El ba se desembarazó de su cuerpo mortal y salió al escuchar la voz de Anubis, que le tendía una mano, mientras su ka se quedaba con el difunto Nesperennub. “El cuerpo es un lastre”, pensó su ba. Siguió a Anubis por un pasillo formado por columnas con capiteles de papiros, ricamente adornadas por jeroglíficos y el suelo, dorado, brillaba más que el reflejo del sol en las arenas del desierto. La cabeza de chacal de Anubis le servía de guía en ese corredor, iluminado por antorchas.


Pronunció el Himno a Osiris, como decía el Libro de los Muertos y recordó las enseñanzas en el templo. Mientras caminaban para encontrarse ante Osiris y el resto de los dioses, una preocupación asaltó al ba de Nesperennub; si quería morar con los dioses y que todas las partes de su espíritu se unieran de nuevo, tenían que embalsamarle. Se preguntó si sus compañeros, los sacerdotes de su templo se harían cargo de su cuerpo, si su familia lo sabría. De pronto recordó los nombres de sus padres y de su difunto hermano, que ya había pasado por el juicio de Osiris. “Ojala fuera favorable”, pensó.


Llegaron a un gran salón de suelo de lapislázuli y oro, con estatuas y columnas policromas que parecían alzarse hasta el cielo. En el centro, sobre un trono elevado, se sentaba el Gran Dios, Osiris, contemplándole con su rostro verdoso, que contrastaba con el blanco vendaje. Estaba muerto, como él, pero era el juez de todos los corazones mortales. Sobre su cabeza llevaba la corona y en sus manos, el callado y el látigo. “Estoy ante El que Continúa Siendo Perfecto”, pensó Nesperennub, postrándose ante él, sin que Anubis se lo indicara. Sabía que Osiris era el juez supremo y que de él dependía todo.


El dios con cabeza de chacal se hizo a un lado y presentó al ba de Nesperennub, que no se atrevía a contemplar el rostro del dios difunto, tan poderoso era. La voz atronadora de Osiris reclamó que contestara a las preguntas de los dioses; el sacerdote recordó las historias que le habían contado sobre el Juicio de Osiris y asintió con la cabeza. Miró de soslayo a Anubis, que colocaba su corazón en un platillo de la balanza y supo que dependía de sí mismo para que las culpas no le hicieran perder el favor de los dioses; en función de sus respuestas, la balanza se inclinaría en su favor, o haría que su corazón pesara demasiado, condenándole a la segunda muerte.


Una voz femenina pronunció su nombre y él no pudo evitar mirar el rostro de Isis, que se sentaba junto a su esposo, Osiris. Era mucho más bella de como él la había imaginado. Él respondió a las preguntas que le formularon, mientras colocaban la pluma de Maat en el otro platillo de la balanza. Después, con voz temblorosa, Nesperennub, volvió a pronunciar otra oración del Libro de los Muertos.


“No he cometido iniquidad respecto de los hombres; no he matado a ninguno de mis parientes; no he mentido en lugar de decir la verdad; no tengo conciencia de ninguna traición; no he hecho mal alguno; a nadie he causado sufrimiento; no he sustraído las ofrendas a los dioses...”


Esperó, con la vista fija en el suelo; imaginaba lo terrible que sería enfrentarse a la segunda muerte, con su corazón en las fauces de Ammit. Si eso ocurriera, ¿qué pensarían sus padres de él? Les deshonraría, mancharía su nombre para siempre. Siendo muy joven, les había dejado para convertirse en sacerdote de Konshu y no había podido despedirse de ellos. Ya era demasiado tarde.


El escriba, que había escuchado atentamente las preguntas de los dioses y las respuestas de Nesperennub, entregó a Osiris el papiro en el que lo había escrito todo; el sacerdote recordó su vida en pocos segundos, consciente de que estaba a punto de escuchar el veredicto. “Gran Señor, no he sido perfecto, pero nunca he intentado dañar a nadie”, pensó. “He tratado de servir fielmente a Konshu, a mi templo, a mis compañeros, he seguido fielmente las reglas de los sacerdotes, me he despojado de mis cabellos cada día, os he venerado a todos los dioses y he hecho todas las ofrendas. No me condenéis a morir una vez más, dejadme ser inmortal, para seguir sirviéndoos.”


La voz de Osiris rompió el ensimismamiento del sacerdote, que sintió que sus miembros temblaban aun más. “Levanta, Nesperennub, y escucha mi veredicto, que es inapelable. Has respondido a las preguntas de los dioses y hemos pesado tu corazón; solo tú, con tu vida mortal has inclinado los platillos de la balanza, y el resultado es favorable. Viajarás al Aaru, donde morarás con nosotros, en un campo eternamente fértil. Emprenderás el viaje, pero has de saber que no será sencillo.”


Nesperennub se sintió feliz y recordó que ahora dependía de las oraciones de sus parientes y amigos; mientras emprendiera ese viaje, recordaría su vida, sus primeros pasos sobre la tierra y también a su familia. Se llevaría esas experiencias para siempre.





sábado, 21 de noviembre de 2009

Yoshida Brothers: Kodo

Echo de menos mis entrenamientos, a los que ya no voy a volver, y mi conexión con las costumbres japonesas. Por eso hoy he querido traer música de ese país que siempre me ha llamado la atención.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Canciones que lo dicen todo (3)

Hoy me ocupo de las canciones que sirven para insinuarse, unas discretamente y otras sin tapujos, directas al grano. Como hay tantas canciones sobre este tema, esta es solo la primera parte.

La primera canción, de Human League, se titula Don't you want me. Un clásico de los ochenta. En cuanto veáis el perfilador de ojos que lleva el cantante, volveréis a esos años en los que muchos llevaban un look del que ahora se arrepienten...



La segunda es otro clásico de los 80. Son Foreigner, y su célebre canción I want to know what love is, que es toda una declaración de intenciones: se busca voluntaria para enseñarme lo que es el amor, que estoy muy solito y no tengo experiencia.




Aunque he de reconocer que a mí me encanta escucharla.

Y la tercera es directa, muy directa. Va al grano sin ningún tapujo. Solo usar por personas sin complejos o que vean el plan muy claro...



Pero esto no ha terminado, otro día traigo más canciones aptas para insinuarse.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Alfredo Kraus, el tenor que más admiro

A mí me pone los pelos de punta escuchar esta maravillosa aria de Werther, de Jules Masenet. Me emociona hasta el punto de sentir ganas de llorar por el sufrimiento de Werther. Y por la maestría del tenor más grande que hemos tenido, desde Gayarre. Por cierto, para quienes estén interesados en la figura de Alfredo Kraus, hay un blog en el que se puede encontrar desde grabaciones maravillosas a información sobre el hombre y el artista. Os lo recomiendo:

http://alfredokraus.espacioblog.com/

martes, 17 de noviembre de 2009

Canciones que lo dicen todo (2)

Cuando una pareja se rompe, uno de los dos suele quedar más herido que otro. Eso lo sabe cualquiera. Y en ese momento, hay personas que prefieren seguir adelante y decir "tú te lo pierdes", y otras que intentan una nueva oportunidad, sea como sea.

Para esa situación en que el corazón pide arrastrarse y ponerse en plan patético, cosa que no recomiendo para nada, pero allá cada cual... siempre se puede quedar bien con una de estas canciones, que van de menos desesperado a más.

En la primera, KC & THE SUNSHINE BAND dice con Please don't go, en un tono bastante tranquilito algo así como "no te vayas, mujer..."



Con la segunda, en un tono un poco más triste, Chicago intenta lo mismo, pero diciendo algo parecido a "Si me dejas se me cae el cielo encima y sufriré mucho, pero mucho mucho, como si me arrancaras un brazo." Una gran canción, por otra parte. If you leave me now.



Y ya en un tono más desgarrador, Lorraine Ellison intenta retener a su amor a base de ruegos desesperados en Stay with me baby, en plan ruego con las manitas juntas y de rodilllas delante de la puerta de casa. Como canción está bien, pero no recomiendo seguir el ejemplo. Aunque cada cual decida lo que mejor le convenga, solo es un consejo.



Y estos son tres ejemplo de los muchos que ha dado la música para el tema del desamor y la sensación de quien se encuentra con la noticia bomba de que le han dejado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Canciones que lo dicen todo (1)

Si no te salen las palabras, siempre hay canciones a las que recurrir en ciertos casos.

Empiezo hoy con una nueva categoría: canciones que lo dicen todo

Y para aquellos que hemos pasado por una ruptura tras muchos o pocos años de relación, nos queda eso de "no somos los mismos, mira que hemos cambiado, ya no eres el/la persona de quien me enamoré. Pardiez, no sé qué vi en ti..." Nos lo preguntamos durante un tiempo, y nos quedan ganas de decírselo a la ex pareja, a veces intentando parecer poco afectados, como si fuera un "qué se le va a hacer", otras veces reprochando los errores de esa persona y toda su santa familia, de la que nos hemos desembarazado.

Hoy he elegido el momento "Mira que hemos cambiado" y para ese hay una canción perfecta: The way we were, de Barbra Streisand, parte de la banda sonora de Tal como éramos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Cerler

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Los recuerdos llegan de puntillas, y se cuelan, sin que opongamos resistencia...

Ojalá vuelva a caminar por esas calles empedradas, y contemplar los gigantes helados, y los seres invisibles que un días habitaron esas casas vuelvan a hablar al oído, para inspirarme más historias.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Tic, tac, tic, tac

Fantasy Pictures, Images and Photos

Tic, tac, tic, tac...

Pasa el tiempo y se me echa encima, y no puedo retenerlo, porque se escapa de mí.

Tic, tac, tic, tac...

Hasta ahora pensé que las agujas se habían detenido.

jueves, 12 de noviembre de 2009

RYUICHI SAKAMOTO: RAIN

Un genio ante el piano...


lunes, 9 de noviembre de 2009

Loreena McKennitt: Kecharitomene

Me viene a la mente la música que esta mujer que parece más un hada que una persona de carne y hueso. Y me dejo llevar por las notas, y me inspira para escribir, para desaparecer dentro de mis relatos...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Batalla (microrrelato)


Surgen de la niebla, y no ocultan su fiereza; parecen demonios, en el claro del bosque, y aúllan a sus adversarios, para espantarles. Pronto chocan las katanas, que brillan cuando rasgan el aire, y se bañan de la sangre del enemigo. Las armaduras golpean unas contra otras, y el olor del sudor se mezcla con el del miedo, y la vida se escapa rápidamente; vuela un miembro, y salpica la sangre, y una mano intenta retener inutilmente la poca vida que le queda. Sobre una alfombra de hojas secas, el cuerpo inerte se queda con los ojos abiertos, hacia el cielo, sin poder ver ya las nubes...

Nadie puede hacer nada por él, porque el enemigo sigue acosando, y las katanas paran a las katanas del contrario, y la sangre sigue manando de los cuerpos, a pesar de las armaduras, y la muerte sigue al acecho, en el campo de batalla.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Música mágica. Faun - Von den Elben

Hace poco he descubierto este grupo gracias a un amigo y me he quedado hechizada con la música que hacen. Espero que os gusten.


domingo, 1 de noviembre de 2009

Yes: Owner of a lonely heart

Qué gran canción...