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domingo, 11 de junio de 2017

Inspiración (Poema)








La música iba surgiendo
de la caricia invisible de la brisa
en las hojas de los árboles,
y estos movían las ramas,
como gráciles brazos;
atrapaban la luz de las estrellas
y la luna se colaba,
tímida,
hasta llegar a mi ventana...
Me detuve;
contemplé el baile,
a través de mi despacho,
como si de un palco del teatro se tratara.
Aquella belleza del crepúsculo,
tan efímero,
me pareció inaprensible
y salí al jardín,
para contemplarlo de cerca...
Me sentí pequeña,
ante el brillo de la luna
y la brisa acariciaba mis mejillas,
con delicadeza.
Mi pelo flotaba
y mi alma se llenaba de vida
solo con esa imagen.
Pronto no se podía ver
nada más que su brillo plateado,
cayendo sobre la hierba,
bañando las hojas de los árboles;
purificando mi espíritu,
mi mente atribulada.
La luna y el silencio de la noche,
mi inspiración tantas y tantas noches...
Y volví a escuchar la música,
desde mi escritorio,
la que acompañaba la imagen de la luna.
Cada vez unas notas distintas,
un compositor,
regalándome su alma,
y yo convirtiendo la mía en palabras.



Amalia N. Sánchez Valle