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viernes, 6 de noviembre de 2009

Batalla (microrrelato)


Surgen de la niebla, y no ocultan su fiereza; parecen demonios, en el claro del bosque, y aúllan a sus adversarios, para espantarles. Pronto chocan las katanas, que brillan cuando rasgan el aire, y se bañan de la sangre del enemigo. Las armaduras golpean unas contra otras, y el olor del sudor se mezcla con el del miedo, y la vida se escapa rápidamente; vuela un miembro, y salpica la sangre, y una mano intenta retener inutilmente la poca vida que le queda. Sobre una alfombra de hojas secas, el cuerpo inerte se queda con los ojos abiertos, hacia el cielo, sin poder ver ya las nubes...

Nadie puede hacer nada por él, porque el enemigo sigue acosando, y las katanas paran a las katanas del contrario, y la sangre sigue manando de los cuerpos, a pesar de las armaduras, y la muerte sigue al acecho, en el campo de batalla.

2 comentarios:

Ħαррy єyєs dijo...

Me ha gustado. Todos libramos una batalla a diario

Raven dijo...

Hasta el día siguiente no serán conscientes de todo lo que ocurrió. Hasta ese momento, sólo una norma; sobrevivir.