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domingo, 8 de noviembre de 2020

Flor de nieve

















Si pudiera flotar hasta ese lugar al que pertenezco, confundirme con las nubes que cubren sus cumbres y convertirme en la lluvia que cae sobre los árboles, sobre los tejados de pizarra, sobre las piedras del suelo, me quedaría allí para siempre. Correría con el río, desde la cascada más alta y me colaría entre las rocas, regando los lirios azules, convirtiéndome en minúsculas gotas que flotan por el aire, hasta componer un arco iris con los rayos del sol. 

Si pudiera viajar hasta allí, me posaría sobre una flor de nieve y desde sus pétalos me quedaría a mirar el cielo, diminuta, subyugada por la bóveda celeste. Vería el baile de la Vía Láctea, escucharía el canto de los pájaros y a los grillos, y podría quedarme así, durante siglos, convertida en el rocío de la mañana y la brisa que juega con las ramas de los árboles...






Amalia N. Sánchez V

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