Música
La música acarició mi ser,
con su guante de seda;
me susurró al oído
y me acunó,
besando mis párpados,
contemplando en mi rostro
la paz que nunca tuve.
Con sus dedos invisibles,
dibuja en el aire
figuras caprichosas,
convertidas en viento
o en una brisa ligera.
Transforma en luz
los momento amargos
y con sus labios invisibles,
besa tu frente.
Juega con los silencios,
con el aliento,
ordenando el caos,
desordenando los sentimientos...
Es una ladrona;
atrapa tu alma
y la convierte en un pájaro
que te contempla
desde las alturas,
como un ser indefenso.
Se alimenta de ti,
de tus latidos,
del aire que escapa de tu boca
de tus trémulas manos
de un recuerdo que cruza tu mente.
A cambio de tu alma,
te regala la felicidad...
Amalia N. Sánchez Valle
1 comentario:
Me encanta tanto Max, creo que nunca me cansaré de identificarme, con esas notas tan emocionalmente fuertes.
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