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martes, 12 de marzo de 2013

Eterno movimiento (poema)
















Había nieve 
en aquel bosque, 
recorrido por arroyos, 
cubierto de crisálidas abiertas
de sueños que volaron 
hacia lugares remotos. 
El blanco manto lo cubre todo, 
borrando las huellas
del lobo que devora el tiempo; 
veo los copos caer, 
escucho un tic-tac, 
tic-tac, 
tic-tac... 
Mis cabellos se vuelven blancos
y las estrellas giran, 
sobre mí; 
los ríos fluyen 
y nada permanece inmóvil.
Eterno movimiento; 
mecanismos invisibles 
de una máquina que no se detiene, 
que atrapa a los humanos 
en sus engranajes... 
Misterioso, 
invisible a mis ojos, 
que no pueden ver.


Noemí Valle

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