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martes, 24 de junio de 2008

El collar de la paloma: Alí Ibn Hazm

He encontrado este tratado sobre el amor de un autor cordobés nacido en el año 994. Me llamó la atención porque tengo algunas raices cordobesas (aunque viéndome nadie lo diría) y me ha gustado tanto que he decidido traer algunos fragmentos. Espero, como siempre, que os gusten.



Cordoba


El insomnio es otro de los accidentes de los amantes. Los poetas han sido profusos en describirlo; suelen decir que son los "apacentadores de estrellas", y se lamentan de lo larga que es la noche. Acerca de este asunto yo he dicho, hablando de la guarda del secreto de amor y de cómo trasparece por ciertas señales:


Las nubes han tomado lecciones de mis ojos

y todo lo anegan en lluvia pertinaz,

que esta noche, por tu culpa, llora conmigo

y viene a distraerme en mi insomnio.

Si las tinieblas no hubieren de acabar

hasta que se cerraran mis párpados en el sueño,

no habría manera de llegar a ver el día,

y el desvelo aumentaría por instantes.

Los luceros, cuyo fulgor ocultan las nubes

a la mirada de los ojos humanos,

son como ese amor tuyo que encubro, delicia mía,

y que tampoco es visible más que en hipótesis.



Sobre el mismo asunto dije también en otro poema:


Pastor soy de estrellas, como si tuviera a mi cargo

apacentar todos los astros fijos y planetas.

Las estrellas en la noche son el símbolo

de los fuegos de amor encendidos en la tiniebla de mi mente.

Parece que soy el guarda de este jardín verde oscuro del firmamento,

cuyas altas yerbas están bordadas de narcisos.

Si Tolomeo viviera, reconocería que soy

el más docto de los hombres en espiar el curso de los astros.


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