La mirada quiso suplantar a los dedos, recorriendo lentamente la piel de su cuello,
cada cabello, pasar las yemas de los dedos por su rostro hasta llegar a sus labios, mientras él ignoraba que ella le estaba acariciando en su imaginación; ignoraba
que deseaba mover su mano hacia la de él y no soltarla, que cuando ella permanecía en silencio, le estudiaba, observaba sus gestos, el movimiento de su cuerpo, y le seguía calladamente a donde quiera que él fuese.
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jueves, 21 de junio de 2007
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2 comentarios:
si se pudiera saber...
aunque quizá es mejor no saberlo...
pero si ella lo está mirando y él lo sabe, ¿porqué no decirselo?
un beso; bonita casa.
estoy mejor, gracias.
julián
a10
Quizás nunca leí algo tuyo que tuviera esta fuerza o quizás nunca me paré a ello.
Me gustó especialmente.
Un beso, Anna ;-)
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