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jueves, 23 de agosto de 2018

Ese niño de grandes ojos castaños



Ese niño de grandes ojos castaños, que creció delgadito, lejos de su casa, es el mismo que me ha enseñado a mirar el cielo en las noches de verano, se ha vuelto loco intentando explicarme las matemáticas y me ha visto crecer. Mis gestos, tan parecidos a los suyos, me recuerdan que la genética es caprichosa y he heredado muchas cosas de él; actitudes, intereses... Me ha dado una carrera, me ha apoyado en todo y yo me siento orgullosa de él. Con sus luces y sus sombras, sus sueños, sus apegos, su voz inconfundible y todo lo que le define como persona. 








Amalia N. Sánchez Valle

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