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domingo, 15 de mayo de 2016

Elena (Poema)




Nunca un regalo pudo hacerme más feliz
que cuando llegaste a revolucionar mi vida.
Siendo tú la pequeña,
me enseñaste a compartir las muñecas y los sueños.
Encontré una confidente,
nos convertimos en cómplices de muchas cosas
y crecimos juntas,
compartiendo habitación y juegos.
Discutiendo o riéndonos,
siempre has estado en mi corazón.
Un espíritu generoso
y un ingenio que yo no tengo;
así eres tú,
más sabia que yo muchas veces
y siempre desprendes una luz
que alegra mi vida.
Fuerte en tu interior
y delicada en apariencia,
conservas el germen de la sonrisa,
como un premio que nos regalas,
generosamente,
a cuantos te queremos.
Nadie podrá robarte
las respuestas ingeniosas,
ni el buen humor,
que es el faro de quienes necesitamos tu luz.
Sin ti, mis días habrían sido tan tristes...
Nunca un regalo ha sido mejor
que tener el premio de ser tu hermana.


Amalia N. Sánchez 

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