Luna (Pensamientos)
Me mirabas fijamente, tumbada encima de la mesa del ordenador; escuchaba tu ronroneo que parecía producto de un motorcito interior. Tus ojos verdes, enormes, se entornaban entonces y dormitabas, mientras acariciaba tu pelaje, tan suave. Eras la imagen de una enorme bola de algodón, salpicada de rosa en tus orejas y la naricita con la que me acariciabas la cara. Y era tan dulce el cariño que me diste, durante diez años, que tu marcha me ha dejado un vacío muy grande. Eras mágica para mí, por eso te cantaba esta canción de The Secret of Kells. Y ahora, más que nunca, te has convertido en una sombra silenciosa, en tus rincones favoritos, en todos los cojines y ropa esponjosa que has dejado abandonados. Siempre en mi corazón, en mi realidad durante diez años... Miro tu foto y me parece imposible que te hayas ido. Ya no sufres, pensaré que ya no sufres más y que has tenido una buena vida, tanta como el cariño que me has dado.
Te quiero, mi Luna...
Amalia N. Sánchez