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martes, 7 de febrero de 2023
lunes, 6 de diciembre de 2021
Concierto
Día de concierto. Lo que significa: repasar la letra, repetirla, volver a vocalizar esa frase que se traba, beber agua y descansar la mente y el cuerpo. No hay nada mejor que hacer lo que nos gusta... El tiempo parece detenerse y que no llegará nunca el momento de que empiece el concierto. Empieza el ritual: te maquillas con mimo y arreglas los rizos con los dedos, te vistes y repasas la bolsa antes de irte. Botella de agua, la caja de los zapatos de tacón, el maquillaje, para los retoques y los nervios te hacen sentir por un momento que vas a caer por un precipicio. Pero después respiras hondo, necesitas cantar...
Repasas las notas en tu mente, empieza el calentamiento vocal, te concentras, dejas que el aire se convierta en sonidos y tu mente se desliza por la partitura, como en cada ensayo. Las voces se mezclan y después esperas a entrar en el escenario. Los minutos se hacen eternos... Te quedas en silencio, por un instante y miras el reloj, cierras los ojos, los vuelves a abrir y miras a tus compañeras; cada una lo vive a su manera. Unas hablan, otras hacen fotos, o repasan la letra, hasta el final. Compartes la complicidad, la emoción del "ya salimos" y caminas con un ligero temblor en las piernas, hasta que escuchas los aplausos y te colocas en tu sitio.
Buscas con la mirada a la familia entre el público, sonríes, y tu atención viaja a los gestos del director, respiras hondo y esperas... La primera nota, y después otra, y otra, y tu voz se enlaza con las demás, en un encaje de armonías que acompañan a la melodía; cada respiración te trae una bocanada de vida que se convierte después en un agudo. Sostienes esa nota y el corazón se acelera. Y silencio... Sonríes por dentro cuando el director sonríe, tu pulso se ralentiza y sientes tu alegría en tu corazón, compartida con la de las demás. Escuchas los aplausos, buscas la mirada de los tuyos. Y otra canción; respiras hondo, la voz fluye, entre la emoción y el control, desgranando en la memoria las notas y las palabras. Escuchas los aplausos, saludas y sales del escenario, abrazas a tus compañeras y agradeces esa experiencia a la persona que te inculcó el amor por el canto, sus consejos.
Recuerdas al ser más cariñoso del mundo, el abuelo de ojos grises, llenos de amor y alegría, a pesar de los sufrimientos del pasado. Su voz de barítono, su dicción...
Gracias, siempre gracias por darme tus conocimientos y tus anécdotas. Y por inspirarme. Por esas tardes escuchando ópera, por los paseos en Benasque, bajo las estrellas, contándonos cómo fue tu niñez. Te imagino con tus rizos rubios, cantando en una iglesia, con esa voz blanca que luego se tornó grave, con la mirada puesta en la bóveda, mientras tus padres contemplaban a su ángel, desde los bancos. Ese niño delgado y trabajador, y a la vez travieso, y cariñoso, y soñador, que se convirtió en un romántico empedernido, que adoró a su esposa, y soñó con seguir cantando... Ese joven que buscaba su porvenir y dejó, poco a poco, que su sueño fuera perteneciendo al pasado, ese hombre que curaba los resfriados de sus hijos con La Boheme, mientras sentía una punzada de nostalgia, ese abuelo que conservaba una voz preciosa y un gusto exquisito para la música, que me descubrió la maravilla de Alfredo Kraus, ese ser de luz, me regaló un tesoro en el canto. Y ahora, que me mirarás desde el cielo, te dedico a ti todos los conciertos.
Amalia N. Sánchez
martes, 26 de octubre de 2021
Oración (poema)
jueves, 12 de agosto de 2021
Aniversario (relato corto)
Ahí estaba yo, un día más; los coches pasaban, veloces, delante de mi y jugaba a inventarme la conversación que tenían los ocupantes, en ese momento. "Ese, de color rojo, seguro que va hablando con el manos libres", pensé. Era lo que hacía yo. "¿De qué irá hablando, de trabajo? Seguro que sí". Mis favoritos eran los sedan blancos, con varios pasajeros. Eran familias; los padres y varios hijos. Los niños discutían, como hacíamos mis hermanos y yo cuando mis padres nos llevaban al pueblo. Mi hermana pequeña se dormía y su cabeza pesaba sobre mi hombro. Cuánto me enfadaba... Y mi hermano mayor se quejaba de mi codo.
Aquel día llevaba un buen rato contando cuántos coches azules pasaban por allí, cuando un vehículo aminoró y aparcó en la entrada de una finca. "Así que es mi aniversario", pensé. Una mujer, con un vestido azul marino y gafas de sol, se bajó del asiento del conductor y abrió la puerta de los pasajeros. De allí salieron tres niñas. Las contemplé, orgulloso; qué mayores estaban ya mis hijas. Una de ellas llevaba un ramo de flores y se lo entregó a mi mujer, que las inspeccionó. Este año eran de distintos colores, con una cinta que las envolvía y terminaba en un lazo. Besó a nuestras hijas y pude adivinar una lágrima recorriendo su mejilla, escapándose por debajo de sus gafas. Estaba guapa, con su pelo rubio, suelto y sus labios rojos, como siempre. Y las niñas, con sus rostros serios, se abrazaron a ella. La mayor ya casi le llegaba por el hombro. El año pasado parecía tan pequeña... La mediana tenía el pelo más largo que la última vez, y más oscuro. "Se parece más a mí", pensé, y sonreí. Y nuestra pequeña, ya no era tan pequeña. Llevaba un bolsito cruzado de color rosa, a juego con las zapatillas, y unos vaqueros con parches de unicornios y arco iris. Sus hermanas ya habían superado esa fase. Definitivamente, en un año habían crecido mucho. Eché de menos abrazarlas.
Quitaron el ramo ajado que me había acompañado en el último año y los sustituyeron por el nuevo, con mimo. "Os echo de menos", dije. Ellas no podían oírme, pero necesitaba decirlo. Lloraron en silencio durante unos instantes, volvieron al coche y vi como se alejaban. Les dije adiós con la mano...
"Qué suerte", me dijo el motorista. "Los míos ya no vienen. El primer año sí, pero ya está." Se sentó a mi lado, en el arcén, y contemplamos en silencio el tráfico.
Amalia N. Sánchez
Publicado por Selene en 8:11 0 comentarios
Etiquetas: fantasmas, ficción, relato corto
En pie (reflexiones)
Publicado por Selene en 0:05 0 comentarios
Etiquetas: melancolía, reflexiones
jueves, 17 de junio de 2021
Enésima noche de insomnio y rebeldía (pensamientos)
Publicado por Selene en 3:04 0 comentarios
Etiquetas: distopía, pensamientos, prosa
miércoles, 21 de abril de 2021
La sonrisa de la luna (prosa poética)
Publicado por Selene en 8:08 0 comentarios
Etiquetas: luna, prosa poética, reflexiones, sueños